A través del contacto con el caballo y de la motivación que este genera, buscamos soluciones a los problemas de aprendizaje y adaptación que presentan las personas dependientes. La terapia con caballos aumenta la motivación, estimula la afectividad, mejora la atención y concentración, estimula la sensibilidad táctil, visual, auditiva y olfativa, ayuda al aprendizaje pautado de acciones y aumenta la capacidad de independencia.
La utilización del caballo para la rehabilitación de personas mayores, discapacitadas física o psíquicamente no es nueva. Los griegos ya recomendaban montar a caballo para prevenir y curar dolencias. Existen multitud de publicaciones que sugieren su utilidad como terapia complementaria, sin ser sustitutivo de otros tratamientos.
Los objetivos que se pueden trabajar en las Terapias Ecuestres son muchos. La Asociación Andaluza de Equitación Terapéutica los clasifica en varias áreas. A continuación detallamos algunas:
“ ÁREAS DE ACCIÓN ”
Por su naturaleza herbívora los caballos han desarrollado un intenso sensor de energía para prevenir los peligros. Esto hace que sean seres muy sensibles. Se relacionan con las personas desde la conciencia emocional: lo que sienten, lo reflejan en su comportamiento, algo que los seres humanos no siempre hacemos.
Las personas que asisten a este tipo de terapias desarrollan una relación emocional con el caballo que les permite movilizar todo aquello que los angustia, los paraliza o los atemoriza. Todo esto los hace curar desde lo sensorial y no desde lo verbal.
“ PERSONAS CON DIFERENTES PATOLOGÍAS PUEDEN ENCONTRAR UN LUGAR D ESANACIÓN EN LA CALIDADEZ DE ESTE ANIMAL MILENARIO Y EN UN ÁMBITO NATURAL QUE DA RIENDA SUELTA A SUS EMOCIONES CON GRAN LIBERTAD.”